21 de febrero de 2011


-Con cada vaso de alcohol acabas con cientos de celulas del cerebro, pero eso no importa mucho, tenemos millones de ellas. Primero mueren las de la tristeza, asi que estas sonriente y te ries hasta de tu sombra. Luego mueren las del silencio y todo lo que piensas lo dices en voz alta, aunque digas lo que menos tenias que haber dicho pero eso no importa porque de seguido mueren las de la estupidez.
-Entonces vamos a beber alcohol como nunca lo hemos hecho.
-No es tan facil; aun quedan unas muy importantes, las de los recuerdos y esas... esas son muy dificiles de matar. Creo que ningun licor del mundo es capaz de acabar con todas ellas. Son...
¿como diria yo? Ah, si, inmortales.