16 de julio de 2011

Entendí que iba a estar sola y asumí que estar sola cuesta mucho, duele en el cuerpo, enferma. Que no tener en quien apoyarse pesa y duele. Me dí cuenta rápido de que los cuentos infantiles que terminan siempre bien son sólo cuentos. De chica intuí que hay que confiar poco y en pocas personas; ahora comprobé que hasta el mejor amigo, que hasta el hombre de tu vida puede traicionarte. Que los humanos somos sólo humanos y por eso decepcionamos. Ahora pienso que si alguien me lo hubiera dicho desde el  principio, habría sido todavía mas cautelosa. Hubiera  confiado menos y me hubiese dolido menos. Pero no hubiera aprendido nada ni estaría aquí. Claro que mi cuerpo no resiste ni cien minutos, ni cien segundos mas de esta agonía. Escucho por décima vez, "Good enough" y espero a que las pastillas hagan efecto. Me duele el engaño. Me consuela saber que existe en mi cabeza, que ahí vive para siempre perfectoCuento esta historia con las pocas fuerzas que me quedan, cuento con lo poco que me queda de memoria.