16 de julio de 2011

A menudo pienso en mi velorio. No porque quiera morirme, solamente porque quisiera ver las caras de los asistentes. Quisiera ver quienes van, por qué y con qué humor. Quisiera saber si van a llorar o si solamente van a fingir estar tristes. Quisiera ver quienes se llenan los ojos de lágrimas de pelar cebolla y quiénes están ahí dolidos sin saber cómo van a continuar sus días sin mí. Obviamente no voy a poder hacerlo, así que me lo imagino cada tanto