No le tenemos miedo a la oscuridad, si no a lo que puede haber en ella.
No le tenemos miedo a los desafíos, si no a errar.
No le tenemos miedo al amor, si no a no ser amados.
No le tenemos miedo al fin, si no al aceptar que todo acaba.
No le tenemos miedo a intentarlo otra vez, tenemos miedo a sufrir de nuevo por la misma razón.